miércoles, 9 de octubre de 2013

El peso de la desilución. como cuando derramas el agua sin intención, o intentas recoger los granos de sal vertidos en una alfombra. Así de difícil es tratar de enmendar la desilución que causaste a los que te aman y aprecian. No puedo hacer otra cosa que invocar a Dios tal como lo hizo el hijo pródigo en alguna ocación cuando dijo " padre he pecado contra el cielo y contra tí ya no merezco ser llamado tu hijo".... Es difícil volver a mirarlos siquiera a la cara, ya no existen las mismas confianzas, ni seguridades, con todo, tanto Dios, como muchos de nuestros cercanos estarán dispuestos, movidos por el nexo más grande, EL AMOR, ellos nos perdonarán y aceptarán. Señor tú que perdonas nuestras iniquidades, restaúrame a tu gracia. Habacuc 3:17-19 Reina-Valera 1960 (RVR1960) 17 Aunque la higuera no florezca, Ni en las vides haya frutos, Aunque falte el producto del olivo, Y los labrados no den mantenimiento, Y las ovejas sean quitadas de la majada, Y no haya vacas en los corrales; 18 Con todo, yo me alegraré en Jehová, Y me gozaré en el Dios de mi salvación. 19 Jehová el Señor es mi fortaleza, El cual hace mis pies como de ciervas, Y en mis alturas me hace andar. d Al jefe de los cantores, sobre mis instrumentos de cuerdas.